Misión Aborigen

El día era un día de "hogar", para estar en casa. El cielo encapotado que no paraba de llover, desanimaba y ponía el día más difícil. Hubo que modificar e improvisar las cosas que íbamos hacer hoy dadas las condiciones meteorológicas.

Pero gracias a estos cambios pudimos ir por la mañana, por la lluvia, a una parroquia, cercana al Seminario Redemptoris Mater, cuyo párroco es el vicerrector del SRM.

Allí nos contó la cantidad de trabajo que han tenido estos días debido a la JMJ, lo poco que han dormido, pero a la vez, lo necesario que era para la zona y para el país que los jóvenes dieran testimonio y evangelizaran.

Rezamos laudes en la iglesia, y poco antes de acabar llegó Toto, el Itinerante responsable de Australia, que nos estuvo contando cómo ha ido la misión en Australia en estos días, la situación en la que se encuentra el país. Un privilegio conocer de primera mano el estado del Camino Neocatecumenal en el país, las dificultades de la evangelización y de la misión.

Después visitamos en grupos pequeños el Seminario Redemptoris Mater de Sydney ya que no cabíamos todos juntos al no ser muy grande. Aún así conserva la belleza, estética y hace del lugar un lugar de apropiado para vivir la fe. El lugar donde está ahora el Seminario, es temporal (a pesar de llevar allí unos cuantos años), pero ya está en construcción el Nuevo Seminario, con el diseño, arquitectura y estética apropiada.

Comimos entre el jardín y el porche, medio lloviendo, un bocadillo de atún con tomate y después de eso nos dirigimos a una parroquia en medio de la colonia aborigen en Sydney.

Allí nos recibió el párroco, brasileño y una de las familias en misión de la zona que son españoles. Ellos mismos nos contaron con detalle, la situación de la parroquia y de las familias que viven allí.
En aquella zona se da mucho alcoholismo y drogadicción.

La parroquia tiene una situación muy difícil, tienen un grupo de presión que quiere controlar la parroquia, que interrumpen las misas, se ponen a cantar, blasfemar y gritar en cualquier momento. Quieren hacer lo que les de la gana con la parroquia, y ante su imposibilidad de hacerlo boicotean las misas, intentan quitar de las manos el cuerpo y la sangre de cristo y el párroco y seminarista se tienen que refugiar en al sacristía con cerrojo.

Por todas las anécdotas y hechos que contaban, la situación es realmente dura para ellos, siempre en tensión, en muchas ocasiones encerrándose en la sacristía y escapando por una puerta trasera. Rogamos a todos una oración para que el Señor les ayude y les de celo y fuerza para evangelizar.

Actualmente la parroquia tiene una comunidad de 3 personas, por lo que es casi una misión adgentes, el sacerdote, dos familias en misión, una española con 4 hijos y otra italiana con 10 son las señas cristianismo en el barrio. Su misión es estar presente, hacer presente a cristo, muchas veces solo con su presencia, cuando son difamados e insultados cuando asisten a la misa en la parroquia, hablando con aborígenes, cuando los niños van a jugar a algún parque, etc.

En la zona es difícil encontrar a alguna persona por la calle que sea normal, ya que en el barrio hay un asentamiento para aborígenes y muy cerca uno para personas que sacaron de un psiquiátrico, por lo que por la calle te encuentras, con borrachos, drogadictos y gente que va hablando sola por la calle. La situación es realmente difícil y todas estas personas está sufriendo vagando sin sentido por las calles, buscando en el fondo sentirse queridos, sentirse amados.

La parroquia intenta acercarles el amor de Dios a estas personas, darles dignidad, amor y que puedan ser felices, encontrar un sentido en la vida.

El testimonio fue realmente impresionante, ver los gestos del párroco ya lo decían todo. En esta zona han tenido misiones todos los días diferentes grupos de peregrinos del Camino Neocatecumenal, que ha venido a traer y esparcir semillas por el país que luego Dios se encargará de que den fruto.

Salimos de la parroquia cantando por las calles, hacia el barrio aborigen, lloviznaba y hacia bastante frío por la calle pero aún así seguimos hasta el asentamiento. Nos acompañó el párroco y la familia en misión junto con sus hijos.

Había unos aborígenes en un lado de la calle con un fuego para calentarse y al cantar y bailar alguno se acercó y mientras algunos bailaban otros les anunciaron un poco el amor de Dios, hablaron con ellos y que el motivo de que estuviéramos allí era solo por ellos.

Dos hermanos dieron la experiencia, cantamos un poco más y nos fuimos, ya que los catequistas nos habían preparado una sorpresa. Para mi fue impresionante. Han tratado de insertar a los aborígenes en la sociedad pero ha resultado muy difícil y apenas de ha conseguido. Se les ha asignado un bloque donde viven, y la pensión que reciben la gastan en alcohol y drogas.

Eucaristía y cena en un barco. Lo realizamos con calma, con posibilidad de que pudiéramos dar ecos con tranquilidad y después cenamos allí todos juntos. Un regalo como final de nuestra estancia aquí en Australia.

Nos regresamos al hotel, para preparar las maletas y dormir un poco ya que a las 4.00 nos levantaremos para regresar a España (parando previamente en Singapur).