¿Cómo sobrevivió la iglesia durante este periodo? Los católicos que no eran convictos se reunían en comunidades en el palacio de justicia de Sydney y en casas privadas en Parramata, Liverpool y Hawkesbury.
Aparecieron comunidades similares en Port Philip y Adelaida. Entonces el P. Jeremías O’Flynn llegó en noviembre de 1817. Era irlandés y había sido un misionero trapense en las indias del este y fue nombrado prefecto apostólico de ‘Bottanibc’ (bahía Botany).
No pudo conseguir permiso del gobierno británico para viajar, por lo que O’Flynn simplemente tomó un barco para Sydney. Cuando llegó el gobernador Macquarie le ordenó marcharse, pero el dijo que sus papeles venían en camino, retrasando así
Celebró su última Misa en Australia en una casa en
“El señor Dempsey, el dueño de la casa, contaba con la ayuda de cinco al seis hombres mayores que eran religiosos y cuyo deber y placer era mirar y rezar en aquella habitación, en la que se había erigido un tabernáculo puesto para recibir el santo. Esta habitación se convirtió en una pequeña capilla, y era normal los domingos, cuando los católicos podían reunirse, participar en las oraciones de la Misa que se leían en aquella habitación, ver a muchos de ellos arrodillados en la terraza e incluso en la calle, con la risas de burlones que decían que debíamos tener insolación.”
En el sitio donde estaba esta casa hoy está la iglesia de San Patricio. Los católicos tenían un gran deseo de recibir los sacramentos. Cuando una corveta francesa, Uranie, paró en Sydney por cinco semanas en 1819, su capellán fue abrumado con peticiones de católicos para bodas y bautismos. Sin embargo para la primera generación de colonos blancos ver a un sacerdote era un evento poco común.
A pesar de todo la fe católica sobrevivió y echo raíces aquí. Desde 1821 en adelante
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