Santuario de la Flagelación, Santuario del Litóstrotos
La tradición cristiana recuerda en este lugar dos momentos de la Pasión del Señor: la flagelación y la condena a muerte. Los dos santuarios se encuentran junto al convento franciscano, sede del Estudio Bíblico Franciscano. En el pavimento de la iglesia del Litóstrotos se conservan algunas piedras estriadas La imposición de la cruz sobre los hombros de Jesús se recuerda en los muros exteriores de la iglesia del Litóstrotos que es donde comienza la segunda estación del Via Crucis.
Studium Biblicum Franciscanum
Via Dolorosa, 1
P.O.B. 19424
91193 Jerusalem
ISRAEL
Tel.: +972. 2 6270.444
+972. 2 6270.485 (SBF)
Horario de apertura de los santuarios
Verano: 8.00-18.00 / Invierno: 8.00-17.00
Via Crucis
Verano: 16.00 / Invierno: 15.00
La tradición cristiana
El Litóstrotos y la casa o pretorio de Pilato donde el Señor fue juzgado se encontraba abandonada en el s.IV, según testimonio del Peregrino anónimo de Burdeos y Cirilo de Jerusalén. En el s. V se construyó una iglesia que encontramos más tarde con el título de Sta. Sofía (Sabiduría en griego) porque “el primero de los amigos de la Sabiduría escuchó allí la propia condenación” (Sofronio de Jerusalén, S.VII). A continuación no se supo más de ella y el recuerdo del Litóstrotos se fijó en primer lugar en el Monte Sión y, en el siglo XII, junto a la torre Antonia, la fortaleza que en tiempo de Cristo dominaba la explanada del templo en su parte norte. La iglesia de la Flagelación fue construida por los cruzados en el siglo XII y seguidamente abandonada durante siglos. En el año 1838 fue adquirida por los franciscanos y restaurada, reabierta al culto gracias a la generosa ayuda de Maximiliano de Baviera, según se afirma en una lápida de su fachada. El arquitecto Barluzzi la restauró en el año 1929 manteniendo el estilo medieval. Son interesantes las vidrieras de A. Cambellotti que representan el juicio de Pilato, la Flagelación de Jesús y la liberación de Barrabás. Un cuadro en un muro lateral representa la prisión de San Pablo en la torre Antonia. (M.Barberis).
El santuario del Litóstros o de la Condenación fue contruido en el año 1904 por Fr. Wendelin Hinterkreuser sobre las ruinas de una iglesia medieval descubierta algunos años antes. No se conoce el título de la antigua iglesia. La nueva recibió el nombre de Litóstrotos como consecuencia de las grandes losas estriadas que se proplongan también en el contiguo santuario del Ecce Homo, considerado también como parte del Litóstrotos en el cual Pilato tenía su sede cuando juzgó a Jesús y desde donde salió camino del Calvario.
Desde el año 1923 en el convento de la Flagelación tiene su sede el Studium Biblicum Franciscanum, Facultad de Ciencias Bíblica y de Arqueología Bíblico-Cristiana. Los profesores de este Centro se responsabilizan también de un importante museo relativo a las excavaciones de los Santuarios de Tierra Santa y de diversas publicaciones.
Santuario de la Flagelación (Arquitecto Barluzzi, 1929).
Santuario del Litóstrotos (Arquitecto Fr. Wendelin Hinterkeuser, 1904).
Litóstrotos: Lastricado romano.
Struthion: antigua cisterna.
La segunda estación del Via Crucis se indica en el muro exterior de la iglesia del Litóstrotos. La primera, en el patio de una escuela musulmana, “El Omaríeh” delante del convento franciscano.
Texto bíblico
Jesús ante Pilato
Desde la casa de Caifás llevan a Jesús al pretorio. Era muy de mañana. Y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse y así poder comer la pascua. Por eso Pilato salió afuera hacia ellos y les dijo: “¿Qué acusación traéis contra este hombre?” Le respondieron: “Si éste no fuera un malhechor, no te lo habríamos entregado”. Pilato les contestó: “Tomadlo vosotros y juzgadlo según vuestra ley. Los judíos le dijeron: ”Es que nosotros no estamos autorizados para dar muerte a nadie.” Así se cumpliría la palabra de Jesús que había dicho indicando de qué género de muerte iba a morir. Entró, pues, Pilato nuevamente en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo: “¿Eres tú el rey de los judíos?” Jesús le respondió: “¿Eso lo dices tú por tu cuenta o te lo han dicho otros de mi?” Pilato respondió: “¿Acaso soy yo judío? Tu gente, los pontífices, te han entregado a mi “¿Qué es lo que hiciste?” Respondió Jesús: “Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis guardias habrían luchado para que no fuera yo entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí”. Entonces le dijo Pilato: “¿Conque tú eres rey? Respondió Jesús: “Pues sí, yo soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.” Pilato le dice: “Y ¿qué es la verdad?” Y después de decir esto salió de nuevo hacia los judíos y les dice: “Yo no encuentro en él ningún delito. Pero es costumbre que en la Pascua os conceda la libertad de un preso ¿Queréis, pues, que os suelte al rey de los judíos?” Ellos gritaron nuevamente: “A éste, no, sino a Barrabás”. Este Barrabás era un ladrón.
Entonces Pilato tomó a Jesús y mandó que lo azotaran. Luego los soldados le pusieron en la cabeza una corona que habían entretejido de espinas y lo vistieron con un manto de púrpura; y acercándose a él le decían: “¡Salve rey de los judíos!” Y le daban bofetadas.
Pilato salió de nuevo fuera y dice a los judíos: “Mirad, os lo traigo fuera para que sepáis que no encuentro en él ningún delito.” Salió, pues, Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura y les dice Pilato: “¡Aquí tenéis al hombre!“ Cuando le vieron los pontífices y los guardias comenzaron a gritar: “¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!” Pilato les contesta: “Tomadlo vosotros y crucificadlo; porque yo no encuentro delito en él”. Respondiéronle los judíos: “Nosotros tenemos una ley y según esa ley debe morir, porque se declaró Hijo de Dios”. Cuando Pilato oyó estas palabras, se alarmó mucho más. Y entrando otra vez más en el pretorio le dice a Jesús: ”¿De dónde eres tú?” Pero Jesús no le dio respuesta alguna. Dícele entonces Pilato: “¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y que tengo autoridad para crucificarte?” Respondió Jesús: “Ninguna autoridad tendrías sobre mi, si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso el que me ha entregado a ti mayor pecado tiene”. Desde entonces Pilato intentaba soltarlo. Pero los judíos continuaron gritando: “ Si sueltas a éste no eres amigo del César. Todo el que se declara rey se opone al César”. Pilato al oir estas palabras, sacó afuera a Jesús y se sentó en el tribunal en el lugar llamado Litóstrotos, en hebreo Gabbata. Era la parasceve de la Pascua y la hora alrededor de la sexta. Pilato dice a los judíos: “¡Aquí tenéis a vuestro rey!” Pero ellos gritaron: “¡Fuera, fuera! ¡Crucifícalo!” Pilato les pregunta: “¿Pero voy a crucificar a vuestro rey?” Los pontífices respondieron: “¡No tenemos más rey que al César!” Entonces, por fin, se lo entregó a ellos para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús y él, cargando la cruz, salió al lugar llamado “de la calavera” que en hebreo se dice Gólgota.
(Evangelio de San Juan 18, 28 - 19,17 Acerca del arresto de San Pablo cfr. Hechos 21,27 - 23,29)
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